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Las estrategias de lectura rápida son de vital importancia, ya que con ellas aprendemos a desarrollar un hábito efectivo al momento de la lectura, es por ello que es importante motivar una fluidez lectora, comprensiva, rápida y enriquecedora.
Las estrategias de lectura rápida se enfocan en varios puntos, entre los más relevantes están la adquisición de velocidad lectora y una mayor comprensión por parte de la persona.
Es crucial fomentar las estrategias de lectura rápida, sin que necesariamente esta se separe de una lectura comprensiva. Este punto es uno de los más importantes, en especial para aquellos estudiantes que tienen mucho material que estudiar.
Estas recomendaciones no se aplican solo a personas que cursan estudios universitarios, sino para los más pequeños de casa, que están en proceso de formación. De allí la importancia de incentivar las estrategias de lectura rápida para niños con la ayuda de bibliotecas escolares.
Cabe recordar que la concentración de los niños suele ser dispersa, razón por la que se le debe cultivar una lectura dinámica y amigable, por lo que son vitales los ejercicios y técnicas de lectura en infantes que solo se acostumbran a imágenes educativas.
Si lo que se quiere es fomentar la lectura rápida, lo primero que se debe tomar en cuenta es la cantidad de palabras que una persona puede leer por minuto.
Si dicho ejercicio se ejecuta en voz alta, se debe descontar del número de palabras con errores de pronunciación y de entonación. Sin duda que esta es una manera interesante de fomentar las estrategias de lectura rápida.
Esta técnica también se puede implementar si la persona prefiere leer de manera silenciosa o en su cabeza con el mismo procedimiento. Es decir, descontando las palabras que en su mente no se pronuncien bien o cuyo significado no entienda, vale destacar que estas técnicas para la lectura rápida sirven para agilizar la mente.
No obstante, hay que aclarar que hoy en día mucha gente ya no recurre a libros físicos, sino a la lectura digital. Debe fomentarse un uso constante y adecuado de estrategias de lectura rápida en pdf, ya que es el formato en el que se encuentran la mayoría de los artículos en el mundo digital.
Aunque la cantidad de palabras que nuestro cerebro pueda procesar por minuto es una cuestión totalmente personal, sí hay unos estándares de palabras por minuto. El lector promedio puede leer entre 200 y 300 palabras por minuto, considerándose esta una velocidad media o baja.
Por otra parte, si una persona no superase las 200 palabras por minuto, se consideraría que su velocidad lectora es anormalmente baja. Por el contrario, una persona instruida en lectura rápida y con un tiempo prolongado de práctica puede superar con facilidad las 350 palabras por minuto.
Un error que se comete a menudo es leer sin comprender el texto. Esto sucede a menudo en los niños y adolescentes que todavía no tienen bien desarrollado el sentido crítico de lo que estudian. Por eso es tan importante fomentar las estrategias y técnicas de lectura rápida sin que se pierda el sentido crítico y de debate.
Entre las técnicas que se pueden aconsejar para que haya una lectura rápida y comprensiva están las:
De lo que se trata es de generar en las personas una familiarización con el tema que se está leyendo y entender muchos conceptos de interés general que serán de gran ayuda para la cotidianidad. En resumen, una lectura comprensiva y una lectura ágil en niños, adolescentes y adultos, sin importar su profesión y ocupación, leyendo lo que está a la mano, bien sea una infografía, la biblia o cualquier otro texto.
Hay diversas estrategias de lectura rápida que te ayudarán a incrementar tu rapidez al leer cualquier tipo de escrito sin que tu comprensión o tu capacidad de guardar información reduzcan. Aquí te presentamos algunas estrategias de lectura rápida sin frenar tu comprensión:
Busca un espacio conveniente para tu lectura. Necesitas tranquilidad, aun cuando no demasiado, puesto que además es elemental una buena postura y buena iluminación.
Sentarte ante un escritorio es una admirable alternativa, constantemente y una vez que el escritorio se encuentre limpio y ordenado. Con esto evitarás distracciones.
Muchas personas creen que leer en voz alta sirve para mejorar la concentración. Sin embargo, esto es dependiente muchísimo más de un óptimo ámbito. Una vez que lees en voz alta, realmente lo que estás realizando es repetir lo que ya has leído.
De esta forma que mejor aprende a oír a tu yo interior y deja la lectura en voz alta para una vez que leas para alguien más.
Puedes usar un lapicero o un palillo para dirigir tu lectura, el propósito es que tus ojos ‘alcancen’ los vocablos que vas señalando. Este sencillo ejercicio incrementará de manera considerable tu rapidez al leer.
Desempeña mucho y lleva tus ojos al límite. Aspira a leer cada vez más veloz y encuentra el punto más alto en el cual no sacrificas la retención de los vocablos.
Con esta técnica darás pequeños saltos de un conjunto de palabras a otro. Empieza dividiendo oraciones en equipos de 3 o 4 palabras y, con algo de práctica, en poco tiempo podrías estar leyendo renglones enteros con solo fijar la mirada brevemente.
¿Cuántas veces regresamos ciertos renglones más arriba o inclusive volvemos a la página anterior, pues, no comprendemos algo importante? Es decir, en verdad estamos cometiendo un error de lectura.
Aprende a fijarte en tus ojos y en ti mismo, te sorprenderás de tu capacidad de entender muchísimo más de lo que crees. Con este sencillo ejercicio enseñarás a tu cerebro para que comprenda todo lo que vas leyendo.
Leer más rápido sin sacrificar la retención de lo leído es un sueño para muchos, pero más allá de las complejas estrategias de lectura rápida y los ejercicios, hay técnicas bastante sencillas que tienen la posibilidad de ayudarte a pisar el acelerador en el momento de leer un archivo.
Los buenos hábitos son primordiales como estrategias de lectura rápida. Los más destacados son:
Para lograr leer veloz es fundamental que incorpores en tus rutinas el hábito de leer. Recuerda que para producir un hábito debes hacer la misma actividad a lo largo de veinte días mínimo.
Puedes comenzar leyendo artículos de interés personal, noticias o libros que te agraden. Después puedes alternarlos con textos que no sean de tu agrado para desarrollar la capacidad de leer veloz en toda clase de escrito.
Haciéndote preguntas de comprensión o interiorizando el contenido de lo cual acabas de leer. Al leer rápido, no solo hablamos de mejorar la rapidez, además hablamos de entender lo que lees. Por esa razón, es indispensable que reflexiones sobre lo que has leído.
Ejemplo: ¿cuál es la iniciativa primordial del texto?, ¿cuál ha sido la intención del autor? ¿Qué aprendí de lo cual acabo de leer? Realiza resúmenes. Estas son excelentes tácticas que mejoran tu calidad de lectura.
De la misma forma que se dijo previamente, es fundamental que te propongas metas alcanzables para que las logres, lo ideal es reducir de manera progresiva la rapidez en la que lees.
Tu primera meta podría ser minimizar un minuto. La segunda meta podría ser reducir cuarenta segundos u otro minuto. Continuamente rememora que debes mejorar la comprensión de lo que lees.
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