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Aunque seamos expertos en economizar en la cocina y comernos las sobras del día anterior junto a un poco de pasta o arroz, sentimos decirte que no, que esto no es cocina de aprovechamiento. Si te interesan las nuevas técnicas culinarias y unos hábitos de alimentación más sostenibles, quédate con nosotros en este post.
La cocina de aprovechamiento es una de las muchas tendencias en cocina que persiguen un consumo más responsable y sostenible de los alimentos. ¿Sabías que el 9,8% de la población mundial sufre el problema del hambre? Tan solo en los países occidentales tenemos abundancia y excedente de comida.
Ya son muchos chefs y restaurantes de alta gama los que se han atrevido a realizar menús con las bases de la cocina de aprovechamiento y, la verdad, que se hacen verdaderas obras de arte culinarias.
La cocina de aprovechamiento consiste en evitar desperdiciar comida y en reutilizar sobras e incluso partes de alimentos que, generalmente no comemos, para crear nuevas y suculentas recetas. ¿Te gustaría probarla?
Pieles de frutas y verduras, mezclas de productos, cáscaras de marisco e incluso lácteos fermentados y casquería… aquí no se tira nada y todo es susceptible de dar sabor y textura a las recetas. ¿Te atreverías a experimentar con la cocina de aprovechamiento en tu cocina? En este post veremos algunos ejemplos e ingredientes para comenzar.
Muchos de los problemas mundiales que sufrimos en la actualidad tiene que ver con la industria alimentaria, como, por ejemplo: la escasez de agua, la deforestación, la emisión de gases invernadero o la generación de residuos.
Estos datos son alarmantes y, en consecuencia, en el año 2010 se acuño el término “trash cooking” en Estados Unidos. Pero, no atribuyamos todo el éxito a Norteamérica, porque su origen real viene de la cocina oriental.
Si te interesa el tema, pero no sabes por dónde empezar, lo mejor es que dejes a un lado los prejuicios y te centres en disfrutar de la cocina y tu creatividad. Puedes empezar con recetas a base de verduras, que siempre son más fáciles, o mejorar alguna sobra que tengas en la nevera inventándote alguna salsa o buscando una guarnición con las que aumentar el planto. ¡Por cierto! La presentación en la cocina de aprovechamiento es muy importante.
Hacer caldos con peladuras de verduras o huesos, infusiones con los tallos de perejil o cilantro y cremas con verduras un poco pasadas y yogures a punto de caducar o mermeladas con peladuras de cítricos son algunas ideas sencillas con las que puedes empezar.
¿No sabes qué hacer con las sobras y restos de comida que generas todos los días? ¡No hay problema! A continuación, vamos a facilitarte algunas recetas muy fáciles, saludables y ricas.
Chips de piel de patata:
Croquetas de coliflor o brócoli
Pastel de verduras
Caldo de pescado y marisco
Si vas a realizar algún plato cuyo ingrediente principal es el pescado o marisco, ¡no tires raspas grandes o cáscaras! Guárdalas para hacer un caldo.
Aparte de la cocina de aprovechamiento, hay algunas otras opciones culinarias cuyo objetivo también es proteger al medioambiente.
Veganismo: elimina de las recetas todos los productos y materias primas de origen animal, buscando alternativas más respetuosas con los animales y la naturaleza.
Alimentación con productos solo de cercanía y temporada: para evitar el transporte, reducir el gasto de energía y agua, consumir solo productos de cercanía y temporada es la mejor opción.
Alimentación basada en productos ecológicos: los pesticidas son un problema para la Capa de Ozono. Consumiendo solo productos ecológicos cultivados sin químicos, estamos reduciendo la emisión a la atmosfera de estas sustancias tan tóxicas.
Cero envases: comprar solo alimentos a granel y no envasados. Para eso, deberás hacerte con tus propios recipientes y bolsas reutilizables e ir a tiendas específicas donde no vendan productos envasados como carnicerías, fruterías o pescaderías, vamos, que te olvides de hacer la compra del mes en un solo día en un gran supermercado.
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